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Sança d'Aragó Hongria - Sinopsi

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Había sido promesa al rey Teobald II de Navarra si este no esposaba a su hermana Constanza de Aragón; finalmente, pero, no tuvo que casarse con él. Había recibido una educación cristiana y bien pronto quiso dejar la vida cortesana e ingresó a la Orden de la Merced, que su padre había contribuido a fundar.

Sança de Aragón abandonó su vida de comodidades y fue a Sant Joan de Acre de Jerusalén. En el hospital de la Orden de San Juan de Jerusalén vivió en el anonimato y en la pobreza y tuvo cura de los enfermos hasta su muerte.

Leyenda

En su muerte las campanas de Acre se pusieron a tocar suelas, como señal de su santidad. Dice la leyenda en una de las manos, ya muerta, tenía una carta que nadie le podía arrancar: solo un obispo pudo cogerla. La carta había sido escrita antes de morir y revelaba la identidad, puesto que nadie sabía quién era.

Hay más realidad que leyenda en torno a la figura de Sança de Aragón. Martí de Riquer apunta esta historia como un intento de exaltación de la corte de los reyes de Aragón: la casa real de la dinastía de Barcelona estaba interesada a divulgar la fama de la santidad de Sança. Quería tener un santo en su linaje como había hecho la casa real de Francia, su rival, cuando canonizó Sant Lluís el 1297. El hecho, pero, que el culto sea de creación real hace que no haya tenido ningún tipo de continuidad en la tradición popular o en la literatura.

Los hechos se conocen por el testigo de Joan Manuel de Castilla, quién los plasma al Libro de armas. Joan Manuel estaba emparentado con la familia real de Aragón, puesto que se había casado primero con Elisabet de Mallorca y de Foix, hija de Jaime II de Mallorca, sobrina de Sança. Cuando murió Elisabet, se casó con Constanza de Aragón y de Anjou, hija de Jaime el Justo y limpia del hermano de Sança, Pere lo Grande.

Martí de Riquer explica que los dos elementos que le dan un toque fantástico al relato, el repicar de las campanas y la mano rígida que no soltaba la carta hasta la aparición de una santidad, corresponden a elementos otras leyendas. En concreto, el repique de campanas cuando muere algún santo, era un hecho muy conocido y difundido en muchos relatos; la mano rígida con la carta corresponde a la leyenda de san Aleix de Roma, que era un texto hagiográfico muy divulgado.

Veneración

Nave de Santa Maria de Vallbona de les Monges, donde hay el sepulcro de la niña
Su cuerpo fue trasladado y enterrado en Vallbona de les Monges, donde también había estado su madre. El sepulcro es incrustado al muro del presbiterio, a la parte del Evangelio. Es venerada como beata, especialmente por la Orden de la Merced.

Su festividad es el 19 de octubre.

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