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Lluïsa Estivill - Sinopsi

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A los 17 años entró a la orden de las Hijas de la Caridad de San Vicenç de Paül y cambió el nombre de bautizo, Rosa, por el de Lluïsa, por el cual es conocida. En aquel momento, esta congregación atendía los enfermos del hospital de Reus y enseñaba en una escuela para niñas pobres. Cómo pasó con otras poblaciones catalanas, las relaciones entre las paüles y la junta que llevaba el hospital no acabaron de ser buenas, porque se consideraba que esta orden seguía unas normas que escapaban del control de las instituciones locales. Este trasfondo se plasmó en las desavenencias entre la superiora del hospital, Rita Pasqual, y Lluïsa Estivill, que tenían diferencias importantes.

El 1838, las monjas de San Vicenç de Paül marcharon al convento de Tarragona y Estivill se negó a marchar: con un grupo de compañeras, continuó a Reus para continuar el trabajo con los enfermos del hospital y, sobre todo, en la escuela para niñas pobres que había en aquel recinto. Pocas religiosas la siguieron pero rehusó dejar su tarea especialmente la del colegio.

Actuó el arzobispo de Tarragona, para apaciguar el conflicto. En esta línea, en 1848, Estivill cambió de opinión y aceptó la regla común de San Vicenç, para suavizar su posición y la de las compañeras, pero no quiso volver a convivir con las paüles de Tarragona.

Conocida la buena organización de los centros que ella dirigía, el 1851 el Ayuntamiento de Tortosa le pidió ayuda para su hospital y se decidió enviar la hermana Maria Rosa Molas i Vallvé, quien aprendió mucho de ella. Pero este mismo año, la dirección del Real Noviciado de las Hijas de Caridad de Madrid denunció las disidentes y solicitaron que fueran obligadas a someterse a la orden o que los fuera prohibido llevar el hábito de las paüles. Inquieto por el ajetreo, incluso el gobernador de Tarragona intervino en el asunto, pero el informe que sobre ella pidió en el hospital la dejó en muy buen lugar.

Entonces, Lluïsa se separó definitivamente y fundó una nueva congregación, con el nombre de Hijas de la Caridad de Reus. cambió el hábito, que será un traje negro con esclavina de estameña, toca blanca con una gasa negra por sobre, medias negras y una capa también negra para salir, y rosario con cruz colgante de la cintura. La pequeña comunidad perduró hasta que el volumen de trabajo imposibilitó de atender las necesidades de una manera conveniente y el Ayuntamiento de Reus hizo cerrar, el 1857, la escuela para niñas pobres. Lluïsa Estivill, al ver desaparecer esta escuela por la que había luchado tanto, prefirió de disolver la nueva congragación, dejar el hospital y crear una nueva escuela para niños pequeños bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.

Sor Lluïsa era una mujer muy conocida a Reus. Tanto es así que cuando el general Martín Zurbano bombardeó la ciudad el 1843 (cuando Joan Prim (con Llorenç Milans del Bosch) se pronunció exigiendo la mayoría de edad de Isabel II), viendo el desastre que significaba para todo el mundo, el alcalde acompañado de algunos ciudadanos, el prior de Sant Pere y sor Lluïsa Estivill con dos monjas del hospital, fueron a persuadir Delgado porque se rindiera y poder así ir a parlamentar con el general acosador, para conseguir la suspensión del bombardeo e impedir el saqueo que había anunciado Zurbano, negociando una capitulación que no fuera perjudicial para Reus.

Cuando muera el 28 de noviembre de 1879, los diarios reusences se hicieron eco, alabando su vida dedicada a los otros y en especial su valentía en la defensa de la ciudad.

La ciudad de Reus le ha dedicado una calle.

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