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Carles Riba i Bracons - Sinopsi

Índice de artículos

Era hijo del escultor Antoni Riba i Garcia y de Adela Bracons i Casablancas. Estudió Derecho, Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, donde adquirió una importante formación helenística. Se casó en 1916 con la también poetisa Clementina Arderiu, a la que había conocido en unos Juegos Florales. Trabajó como profesor en la Escuela de Bibliotecarias.
Viajó a Alemania y estudió bajo la dirección de Vossler en Múnich (1922). Su formación clásica se completó con viajes a Italia y Grecia durante los años 1920. En esta misma época también fue colaborador de Pompeu Fabra en la elaboración del Diccionario general de la Lengua Catalana.


Trabajó en la Fundación Bernat Metge, especializada en estudios clásicos y pasó a ser profesor de griego en la Universidad de Barcelona en 1934. Ejerció de portavoz indiscutible de los intelectuales de lengua catalana en los congresos de poesía de Segovia (al que fue invitado por Dionisio Ridruejo) en 1952, Salamanca (1953) y Santiago de Compostela (1954). Tras estos congresos, su correspondencia con Ridruejo mostró el interés que la cultura catalana despertaba en los sectores más inquietos del panorama literario español.


Comprometido con las causas catalanista y republicana, se vio obligado a exiliarse a Montpellier (Francia) tras la victoria de la rebelión franquista que acabó con el gobierno republicano en 1939. En su salida al exilio acompañó el último viaje del poeta Antonio Machado. De nuevo en España, en 1943, siguió trabajando en traducciones de autores clásicos para la Fundación Bernat Metge, y llegó hasta la dirección de la fundación. Tumba de Carles Riba y Clementina Arderiu en el Cementerio de Sarriá.


Traductor de Constantino Cavafis, Friedrich Hölderlin, Edgar Allan Poe, Rainer Maria Rilke y Franz Kafka, además de a los clásicos griegos y latinos, también se dedicó a la narrativa, en el terreno de los relatos infantiles.
Su poesía establece la voluntad de tratar el amor como elemento poético, con unas referencias cultas que mostraban su vastísima cultura clásica y anglogermánica. Su poesía tiene modelos diferenciados en el tiempo y en el espacio. Por un lado, el más evidente es el de los clásicos griegos, con especial acento en Homero, pero también es evidente el influjo del renacentismo valenciano (Ausías March) o italiano (Petrarca y Dante) o de la poesía moderna catalana (Josep Carner).

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