Maria Pi i Sunyer

Written by Jean Falconez. Posted in serie 2020

MARIA PI I SUNYER (BARCELONA 1883-IBÍDEN 1912)

Su vida estuvo marcada por graves dificultades personales, pero nunca dejó de luchar y militar a favor de la educación de las mujeres. Aportó una visión abierta en el mundo cuando entró en contacto con el primer feminismo en Cataluña, puesto que, estaba al corriente de las ideas que circulaban a Europa en parte gracias a las lecturas, era una lectora insaciable, y en parte gracias al contacto con algunas intelectuales europeas de quienes se había hecho amiga. Murió joven, con solo veintiocho años, el 1912.

 


También conocida como Roser de Lacosta nació en Barcelona, ​​el 16 de diciembre de 1883. 

María Pi i Sunyer nació en una familia de un alto nivel cultural pero su vida estuvo marcada por graves dificultades: la muerte prematura del padre, la ruina económica de la familia y la muerte de su marido, Lluís Sunyer, solo cuatro años después de casarse. 

El padre de María murió cuando ella tenía veintidós dos años. Sus hermanos pequeños (entre ellos, el futuro político Carles Pi i Sunyer), supieron sacar partido de la educación que les habían legado. No habían sido en vano las tardes de Teatro Romea, los libros comentados ni la lectura de revistas extranjeras. 

Empujada por la necesidad económica comenzó a brillar y destacar la María Pi intelectual. Tradujo al castellano una polémica novela italiana, “Las últimas vestales'', y adaptó al italiano la obra de Adrià Gual “Donzell qui cerca muller”.

Ganó algunos certámenes literarios en Catalunya (Jocs Florals) y colaboró ​​en la revista Feminal, donde publicó cuentos y artículos. Gracias a su implicación en esta revista, entró en contacto con el círculo de mujeres del primer feminismo catalán que por ese entonces tenía un carácter muy conservador. Aportó una visión abierta al mundo cuando entró en contacto con el primer feminismo en Cataluña. Estaba al corriente de las ideas que circulaban en Europa puesto que era una lectora insaciable y gracias al contacto con algunas intelectuales europeas de quienes se había hecho amiga.

María tenía unas ganas inmensas de escribir. Comenzó diversas obras (alguna para su amiga Margarita Xirgu) pero no pudo terminar ninguna. Las responsabilidades la obligaron a ir aplazando el momento de ponerse a escribir, y la tuberculosis terminó con su vida tempranamente. Murió en 1912, con sólo veintiocho años. 

En un artículo escribió: "Todo lo nuevo nos asusta porque nos obliga a pensar". Pero a ella, el miedo no la detuvo nunca.




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